“He visto llorar y de muy diversas formas. He visto llorar y no hacen falta lágrimas que lo demuestren. ¡Qué forma de padecer! Cada lágrima que se derramaba era desechar un poco ese sufrimiento. Y es que hay algo común a todos los mortales: Perder.”
…Perdiste, y comenzaste a aprender. Una de las cosas que más cuesta en esta vida es aprender a perder. Perder jode y duele, mucho, porque ataca el ego, porque ataca el orgullo. Porque perder no gusta, porque perder da miedo, porque perder, a veces, te hace ser la última mierda de este mundo.
Pero, ¿Qué significa aprender a perder? Aprender a perder es volver, volver arriesgar aunque salga mal, aprender a perder es vencer al miedo, aprender a perder es lanzarse al vacío. Todo ello de nuevo, todo ello “otra vez”. Vale, si, es ser osado y descabellado intentar aquello aunque sepas que vas a morir en el intento, y no joda al decir que el cementerio está lleno de valientes, porque permítame responderle que el Olimpo también.
En esta vida, no queda más remedio que ser positivos y que de cada partida perdida se aprende, se mejora, porque puta la vida, gustosa y vacía, que nos demuestra a base de metáforas que cuanto más fuerte es la caída más se aprende. Y si duele, te recuperas y punto. No hay más. Otra vez, vuelta a empezar. Y si tropieza dos veces en la misma piedra, también es perder, pero también es intentarlo y querer superarse, eso sí, sin caer en la terquedad. Y ojo al error de pensar que nunca se puede ganar porque es tan necio como pensar que nunca se puede perder.
En definitiva, perder hace al ser más humano y al humano más ser, más apreciar lo que se tiene y menos lo que se añora (lo que no ganaste o dejaste de ganar). Perder esa una medicina gratuita y justiciera que no entiende de poder ni de dinero ni hostias. Porque en todas las batallas hay un ganador y un perdedor. Y si usted es el vencido, sea señorial, elévese, lámase la heridas, agradezca la batalla y reconozca la superioridad.
Por último, los perdedores de hoy son los ganadores del mañana y los ganadores de hoy son los perdedores del mañana. Porque realmente habrás perdido si no te levantaste y lo volviste a intentar. Porque aprender a perder es el primer paso para ganar, porque saber perder es de ganadores.
*Señores/as, el jueves que viene tienen una nueva cita.
ResponderEliminarMuy buen post, si señor! Abrazo al autor
ResponderEliminarGracias Ramón. Seguiré trabajando para que te siga gustando. Otro abrazo para ti.
Eliminarbonitooooo
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