29 mar 2012

La Noche de Ayer


“Sale el sol y ella comienza a quedarse dormida. Es el momento de irse, el momento justo, casi perfecto. Ese es el momento suficiente e insuficiente, el ideal, ese cuando te quedas con ganas de más. Esas ganas de más que enganchan para la próxima vez. Esa próxima vez, ansiada y deseada, que tardará en llegar y que ni siquiera sabes si habrá”.

Sentado en el bus que le conduce a su futuro destino, ojea el horizonte a través de la ventana. El sol del alba entra y le ciega sus ojos, ante ello decide aliarse con él y reclina su asiento. En sus ojos se puede vislumbrar la noche anterior aunque para él, hoy sigue siendo ayer. Su cara es una mezcolanza  entre satisfacción y cansancio. Saca su actitud bohemia y decide recordar, recuerdos que harán transportarse a la noche de ayer.

En la barra de aquel bar sigue saboreando su último gintonic, con la mirada fija en aquel vestido negro que tan bien le quedaba y en sus tacones que le hacían unas piernas de infarto.
Aún besa aquellos labios que sabían a carmín y a ron, sigue en su cama en el vaivén de sus caderas, y deleitándose de cada una de las posturas. Vuelve en sí porque todavía tiene el perfume de ella en su piel, y hace la promesa de volver a repetir.

Si, no hay más allá en sus intenciones que la de volver a conquistarla y repetir lo de anoche. Deja apartados sus sueños e ilusiones, preocupaciones y problemas. Solo desea volver a su cama y hacerte “cosas” como si no hubiese un mañana Quiere otra mirada y otro flirteo, otro quitarte la ropa y otra postura, otra batalla y otra guerra más, en definitiva, quiere otra noche y otro amanecer. Pero que lo único que no cambie seas tú.

“En tan solo en una noche comienzo a volverme adicto de ti. Estar contigo para siempre es demasiado pero una noche se me hace muy corta. Te mentiré de forma piadosa, me haré el duro, también algo pasota, pero la verdad es que estaré contando los segundos para volver a morder tus labios. Y sí, en estos momentos, aquí y ahora, volvería a estar contigo entre las sábanas porque en esta vida no hay mayor satisfacción que la de proporcionarle placer a una mujer”.

22 mar 2012

La Eterna Primavera


“Todos los años, cuando venía de cenar, pasaba por la esquina de mi calle y esa flor me recordaba que ya llegaba, me recordaba que tenía por delante los tres mejores meses del año”

La primavera, esa estación donde todo parece surgir después del largo letargo del invierno, donde todo vuelve a nacer o renacer en ese volver a volver. La primavera es ese rayo de sol que entra por la ventana y te llena de vitalidad y alegría. La primavera es sol y paseo, es terraza y vino blanco, es jugar y enamorarse. La primavera es loca, divertida, imprevisible y descocada. Pero, perdonen que les diga que para mí, la primavera es la estación de la mujer.

¡Ay, la primavera! Mujer, que igual que las flores sacas de ti todo lo mejor. Si, comienzas a florecer y a mostrar todo tus encantos. La primavera trae la oportunidad de enamorarme tras tu pasar, de verte en tu máximo esplendor, porque no hay nada mejor que una mujer en primavera y una primavera al lado de una mujer. Mujer igual que la primavera dejas tu perfume al pasar. 

¡Ay, la primavera! y ¡Ay mujer que comienzas a insinuar!. Y yo que aspiro a aliarme con ese tirante de tu vestido que se cae de tu hombro, con ese astro rey para que dé más calor y te puedas lucir, con ese golpe de aire para que levante tu falda. Sí, me volveré loco y apasionado en esta primavera extasiado con esa camiseta que deja ver tu hombro, con esa camisa de lino que deja entrever tu piel que comienza a ser morena, con eso short o esa falda que hacen que me pierda por tus piernas.

¡Ay, la primavera! La estación donde las flores vuelven hacer que recuerde aquellos ojos verdes, que como Camarón estaría toda la noche "muele que muele". La estación donde la Alhambra volverá a ser testigo de nuestro incipiente amor camuflado en pasión. La estación donde iré tras de ti como la brisa que corre por el Paseo de los Tristes. La estación donde soñaré por un momento que el ayer vuelve a ser hoy.

“Ahí va la loca, ahí va soñando con la eterna primavera” Rosalía de Castro

¡Ay, Primavera!, aquí tienes a tu loco, anhelando tu eternidad en el tiempo, soñando que todavía hoy vuelves a ser otra vez. Primavera, aquí tienes a tu loco, hablándole a las flores, engañándome a mí mismo para que no pase. Primavera, aquí tienes a tu loco, celoso de lo que provocas y amante de lo que das. Primavera, aquí tienes a tu loco… Aunque, ahora que este post llega a su final, me he dado cuenta que lo mejor de la primavera es que va después del invierno y está antes del verano, que todo tiene su principio y su final, y que el año que viene volverás.

15 mar 2012

Eróticamente Salvaje


No quiero estropear con palabras este momento. Ni quiero perderme un minuto contigo. Jamás olvidaré lo que estoy viviendo ahora. Siempre lo recordaré cual fotografía en blanco y negro. Nunca, y digo nunca, te irás de memoria ¡maldita sea!.  Ahora no pasa el tiempo, es como engañar al destino. No te vayas cuando digas “me voy”, quédate un poco más a mi lado.

Saca mi lado más perverso, haz volar mi imaginación, que mis actos sean salvajes como volver a pandora, que sea sexual, si, sobre todo sexual. Hazme llegar a ese momento que sea imposible pensar, que sea pura pasión, que sea más animal y menos humano. Llévame a ser tu esclavo, llévame a perder control.

Haz que esta noche no la olvide, que yo intentaré lo mismo. Recordaré tu perfume en otras  mujeres pero será solo tuyo. Luciré orgulloso aquella herida de guerra provocada por llevarte a al éxtasis más placentero. Al terminar te invitaré a que te apoyes sobre mi pecho para que sientas aún más cerca mi corazón.

“Un día me dijeron que el vino es amor. Lo comprobé y es cierto”

Llena esa copa de vino y déjame que te quite botón a botón esa camisa que tan bien te queda, que tan bien… (Suspiro entre pasión y nostalgia). Mírame de medio lado y muéstrame tu sonrisa más picara, tras un gesto con tu cabeza enséñame el camino que me lleva hacia tu boca, alúmbrame el camino con tus ojos y haz que los míos sean tus manos.

Quítame la ropa sin compasión, apriétame hacia ti, siénteme en este primer contacto, acelera mi respiración mirando hacia el cielo, hazme cerrar los ojos para poder sentirte más en un  ímpetu salvaje. Quiero escuchar cómo se acelera tu respiración y las pulsaciones de tu corazón. Recorreré con mi lengua y mis labios las partes más intimas de tu cuerpo.

De pie te cogeré, pondré tus piernas entre mi cuerpo y nos balancearemos. Tumbados miraré el contoneo de tu vientre y observaré como te atusas el pelo, mientras el placer que te puedo dar empieza a manifestarse en forma de gemidos. El grito “¡No pares!” será mi mayor motivación, tu cuerpo mi inspiración y tus jadeos mi satisfacción. Nos fundiremos en uno hasta alcanzar el clímax. Seremos inmortales aunque solo sea durante unos segundos. Como si más allá de ti y de mi se pudiese acabar el mundo.

“Porque me hiciste sentir cosas que nunca volveré a sentir”
“Te odio porque jamás me lo volverás a dar. Te quiero porque lo viví contigo”