23 feb 2012

La Fauna de los Gimnasios

Hablemos del gimnasio, ese lugar donde todo el mundo tiene la intención de ir, donde solo unos pocos lo consiguen –ser constante me refiero–, donde otros prueban y la gran mayoría abandona. El gimnasio analizado fríamente es ir a levantar peso y sufrir, el puto listillo de turno –con aires de superioridad–dice que “pa’ eso me voy a la obra y gano dinero”. Hoy en “No, Gracias”, hacha en mano, a por la fauna del gimnasio.

Los veraneantes
Los veraneantes son los que a la vida normal los domingueros, estorban y dan por el culo. Van sólo dos meses al gimnasio, se apuntan en Septiembre a la vuelta de las vacaciones, o en Enero tras las Navidades, y las ganas les dura hasta mediados de Octubre y Marzo respectivamente. Son como la gaseosa, mucha fuerza, muchas ganas pero enseguida se quedan sin ella. Su vestimenta, suelen llevar camisetas de propaganda, blancas tirando al amarillo, chándal de los 90 y zapatillas viejas. Su objetivo en el gimnasio es ponerse fuerte en dos días, o sea, lesionarse, también van a hablar y a mirar las tías que hay –que se creen que van a ligar– ¡ja!. Desafortunadamente, existen en su modalidad femenina, pero ellas son más finas y ponen excusas como “es que me aburro, no me gusta las máquinas”. Entre usted y yo, el problema de este grupo es que son vagos/as de cojones.

Los Frikis del Gimnasio
Si, éstos, los fuertes, muy fuertes, con cierta tendencia a la vigorexia. Su máxima aspiración es levantar 100 kilos en el press de banca y que se le noten las venas de todo el cuerpo. Pese a ser/creerse muy hombres se empalman –los que todavía pueden pese a los ciclos– cuando ven a Schwarzenegger o Ronnie Coleman. Su conversación se reduce a batidos de proteínas, aminoácidos, ciclos y demás mierdas anabolizantes, así que, cuidado con su inteligencia. Para comprobar quien es el macho alfa de la manada, o sea, su peculiar forma de medirse la polla, es ver quien levanta más peso en cada una de las máquinas. Se molan verse en el espejo y hacer posturitas delante de ellos.

En general, y sobre todo en los hombres, la ropa de este tipo de gente, y los fuertes en general, es indirectamente proporcional al tamaño de su cuerpo, o sea, que cuanto más fuerte más pequeña es su camiseta. Tal vez usted –lector tirillas– se pregunte el porqué, la respuesta es: para enseñar, porque tanto sufrimiento hay que lucirlo. Ya sea invierno y en condiciones climatológicas adversas que ahí está el tío en manga corta, con un par. Lo peor de todo es que las mayoría de las mujeres dicen "a mi así tan fuertes no me gustan", en fin...

Los pseudo-monitores
Los que van de que saben, se lo creen, y van dando consejos a aquellos con los coinciden. Huya de ellos, la gran mayoría no tienen ni puta idea. Su momento favorito es cuando se topan con una mujer, se crecen y le sale el monitor que llevan dentro. En general cuando hay a una mujer que este medianamente buena en el gimnasio a todo hombre le sale el monitor que lleva dentro. ¿Y todo para qué? Pues para intentar ligar.

Otros
También el gimnasio lo pueblan otra tipo de especies, las más comunes suelen ser:
  • Las personas con sobrepeso que se matan a sudar en la bicicleta estática odiando la ensalada de la cena o a un tal Dukan, anhelando un buen filete y un bollo, y envidiando el cuerpo de los fuertes que hacen pesas.
  • Los pichas tristes que van a mantenerse, o solo a la sauna o la piscina.
  • Las tías buenas –y ellas lo saben– que les gustan que les miren, con sus conjuntitos sexys y provocativos. Y alguna Milf que hace honor a las siglas.
  • Las menopáusicas hablando sobre los calores.
  • Las abuelas con su pesas de un 1 kilo hablando sobre “El Sálvame”.
  • Por último, la gran mayoría la gente que no va al gimnasio porque “no tiene tiempo”

16 feb 2012

Pijos Que Van De Modernos

"Les digo la verdad, para que nos vamos a engañar, les tenía ganas, y no me han hecho nada. Sí, esto es dar hostias gratis, sin venir a cuento, pero que le vamos a hacer, quiero y punto, ¡Cuánta Maldad!”.

Ese aire desaliñado de despreocupación. Ese aire de dejadez pero todo perfectamente conjuntado y estudiado. Ese aire de moderno/a sin serlo, ese mentiroso pseudoprogresismo… Hoy en “No, Gracias” los pijos/as que van de modernos/as. Si, van con cierto aire preppy, algunos de ellos futuros bobos, todo gracias a Papi y Mami. El padre de un amigo mío, los llama “pijijipis”, apodo que me hace gracia por como suena. Es la mezcla entre pijo y jipi, o sea, de vestimenta jipi pero de pensamiento e ideales pijos.

Ellas
Las ves a ellas con los pantalones ochenteros por el ombligo, sus gafas ¡último modelo! de Ray Ban (que a mi recuerdan a las que regalaban con la Coca Cola hace años), sus Converse o zapatillitas que están de moda y su camiseta lavada a la piedra de Zara. ¡Ah! Sin peinar por favor, o quizás un peinado que parezca que no está peinada. Y todo con un toque vintage ochentero. Ahora, pija, una cosa le digo “la Preysler nunca lo haría”.

Ellos
Ellos, los Rosauros, aparcan los mocasines y cogen las zapatillas más viejas que tengan, pantalones rotos y alguna camisucha que le haga parecer casual. Ahora, eso sí, por la “pinta” muere el pijo. Dejan el Spagnolo y algo del caballo o del cocodrilo, para ir más casual, pero cada vez que hacen eso, un Lacoste suelta una lágrima. Por favor, que dirá el Duque de Feria.

El día
Luego llega el día de ir a misa, el de comer con los padres en el sitio caro o el Sábado para salir de fiesta a tu exclusiva discoteca, y ahí ya tiras de clásicos. Ellos pantalón, camisa oxford, mocasines o castellanos y jersey. Ellas, faldita, camisa y taconazo, princesitas del “mírame y no me toques”. Y un imprescindible para ambos, el flequillo tapando el ojo.

Los/as puedes encontrar
Un día te las encuentras en Vogue todo “tirada” bajo el buen pretexto, en el mejor de los casos, es que hemos salido de clase y nos hemos liado. Sinceramente, se ha puesto de moda (la Vogue y ese look) y ellas como snob obsesas pues van/visten y punto. El viernes o el sábado los encontrarás ya bien vestidos, ¡ejem!, con su ropa habitual en la sala de moda, véase Forúm, o en la del exclusivo “postureo”, véase Príncipe, albero aparte. La discoteca Mae West, según ellos es para chonis, yolos y tronistas (en su argot también maeweros), pero los/as podrás ver el Martes de monólogos o algún que otro domingo por la tarde.

La realidad es otra
Pues eso, hay que ver las habilidades camaleónicas que están adquiriendo los pijos, es increíble. Que si “que ellos se adaptan”, que si “que ellos molan” hasta se molan a ellos mismos, que si todo lo que tú quieras… pero no están definidos, la evolución no está siendo positiva, están olvidando sus raíces.

Muy modernos y modernas a la hora de vestir, de relacionarse, de escuchar música como Vetusta Morla, Christina Rosevigne… pero luego a la hora de la verdad, de tomar decisiones, de pensar y demás, el gato se lo lleva al agua y te hacen una Russian Red, ya saben. “Pues eso, mucha pinta de moderno pero luego…”.

Hay más
En este grupo de ser de una manera y aparentar otra están los blancuchos que van de negratas, peor, lo chinos que van de negros; los payos que van de gitanos; o gente de pueblo que van de urbanitas… Pero esto ya es otro tema.

10 feb 2012

Putadas Modernas Derivadas de las Nuevas Tecnologías

El otro día cenando en el Albayzín con vistas a la Alhambra con unos amigos, buena comida, buen vino, buenas vistas, buena compañía. Paradójicamente, dos de ellos, en conversaciones distintas y lugares distintos me sugirieron que escribiese un post sobre los “nuevos” problemas que surgen con las Nuevas Tecnologías, no todos es Jauja…. Hasta aquí lo políticamente correcto, ahora lo rudo. Pues eso… “Putadas modernas derivadas de las Nuevas Tecnologías”.

Ipod
Llegas a cualquier lugar, a lo lejos ves a tu grupo de amigos, comienzas a quitarte los “cascos”, apagas el iPod y comienzas a liar el cable. Lo dejas en cualquier lugar. Llegas a casa o a clase, repites el proceso anterior, saludas, te hablan y dejas el iPod en cualquier lugar. Dos horas después no lo encuentras, lo busca, lo rebuscas y nada. Surge la pregunta de ¿Por qué las todas las cosas no pueden ser cómo el móvil? Puede llamar e intuir por donde está.

Vas paseando por la calle, emocionado con una canción, cantándola en playback e incluso te atreves con el air guitar, y de repente la luz roja empieza a parpadearse, exclamas ¡Mierda, se acaba la batería!. Peor aún, aún te queda bastante tiempo para llegar a tu casa. La sensación de vacío es tremenda, te falta algo…

Móvil
Otra de batería. Conversación importante por teléfono o por whatsapp con aquella persona a la que te estás intentado ligar. Llevas fuera 1 hora y la luz roja comienza a parpadear.  En el momento álgido de la conversación o donde has dicho algo comprometido, ¡zas! te quedas hablando solo. El whatsapp, sigue dando juego el maldito invento del diablo. Envías mensaje y estás esperando impacientemente, hasta que comienzan los ataques de ansiedad a que te conteste o al menos a que ponga escribiendo….Los Smartphone o móviles, quizás el utensilio más impertinente que se ha inventado junto con el despertador.

Redes Sociales
Te llega una solicitud de amistad de tu padre o tu madre. No joda, tus padres no pueden ser tu amigos o colegas, son tus padres y puntos. ¿Aceptar o Rechazar? La respuesta es la misma, ¡es mi padre/madre!. Invade tu vida, esa que años atrás querías que te dejara en paz.

Seguro que tienes un foto –o la gran mayoría– con una copa en la mano, y si fumas, el cigarro en la otra. Pues eso, fotos borracho/a y dándolo todo, desinhibido, de esas fotos que dices al día siguiente ¿cuándo me hice yo esa foto? Ese tipo de fotos son precisamente el orgullo de tus padres o de tus jefes que son amigos de Facebook. ¡A quién se le ocurre!

Las Redes Sociales y las ex, trágica combinación. ¿Lo borras o lo dejas? Si lo dejas te enterarás la gran vida social que tiene y descubrirás a su nuevo/a novio/a, y si, está mejor que tu, parece que le va bien. Si lo borras, es el camino correcto, si lo borras no sabrás nada más pero no le podrás “marujear”.

Ordenador
Ahí estás, en casa, trabajando, preparando un informe, terminando un gran trabajo de clase o pasándote la pantalla de tu juego friki. De repente se bloquea o se apaga y ¡no lo has guardado!. Y si, eres gilipollas, por si tenías alguna duda.

iPad
Tener un iPad que hasta que no sea normal y la gran mayoría tenga uno de ellos, todo el mundo te lo pedirá, lo usará y la típica broma de robártelo o llevárselo. También tengo para el dueño, que se crece con cada vacilada o piropo hacia su particular producto Apple.

Disculpen las molestias.

2 feb 2012

Aprender A Perder

“He visto llorar y de muy diversas formas. He visto llorar y no hacen falta lágrimas que lo demuestren. ¡Qué forma de padecer! Cada lágrima que se derramaba era desechar un poco ese sufrimiento. Y es que hay algo común a todos los mortales: Perder.”

Perdiste, y comenzaste a aprender. Una de las cosas que más cuesta en esta vida es aprender a perder. Perder jode y duele, mucho, porque ataca el ego, porque ataca el orgullo. Porque perder no gusta, porque perder da miedo, porque perder, a veces, te hace ser la última mierda de este mundo.

Pero, ¿Qué significa aprender a perder? Aprender a perder es volver, volver arriesgar aunque salga mal, aprender a perder es vencer al miedo, aprender a perder es lanzarse al vacío. Todo ello de nuevo, todo ello “otra vez”. Vale, si, es ser osado y descabellado intentar aquello aunque sepas que vas a morir en el intento,  y no joda al decir que el cementerio está lleno de valientes, porque permítame responderle que el Olimpo también.

En esta vida, no queda más remedio que ser positivos y que de cada partida perdida se aprende, se mejora, porque puta la vida, gustosa y vacía, que nos demuestra a base de metáforas  que cuanto más fuerte es la caída más se aprende. Y si duele, te recuperas y punto. No hay más. Otra vez, vuelta a empezar. Y si tropieza dos veces en la misma piedra, también es perder, pero también es intentarlo y querer superarse, eso sí, sin caer en la terquedad. Y ojo al error de pensar que nunca se puede ganar porque es tan necio como pensar que nunca se puede perder.

En definitiva, perder hace al ser más humano y al humano más ser, más apreciar lo que se tiene y menos lo que se añora (lo que no ganaste o dejaste de ganar). Perder esa una medicina gratuita y justiciera que no entiende de poder ni de dinero ni hostias. Porque en todas las batallas hay un ganador y un perdedor. Y si usted es el vencido, sea señorial, elévese, lámase la heridas, agradezca la batalla y reconozca la superioridad.

Por último, los perdedores de hoy son los ganadores del mañana y los ganadores de hoy son los perdedores del mañana. Porque realmente habrás perdido si no te levantaste y lo volviste a intentar. Porque aprender a perder es el primer paso para ganar, porque saber perder es de ganadores.