Años y cambios inseparable pareja, compañeros de esta obra teatral que es la vida. Los años y su pasar provocan cambios, algunos in-esperados otros no-deseados. En un sociedad donde todo el mundo busca estar/aparentar siempre joven, aunque haya gente que se empeñe en parecerlo intelectualmente. En un mundo donde existe el Síndrome de Peter Pan, niños/as que son adultos pero no hombres, no mujeres.
Años y cambios, ambos inevitables. El tiempo, ese que da, ese que quita. En su transcurso hay personas que van, que viene, que van y vienen, y otras –las mejores– que se quedan. Personas a/con las cuales usted ve pasar el tiempo y son testigos de sus cambios. Este párrafo y el anterior se sentencian con un “Ley de Vida” que no es más que la Ley de la Vida.
Bye, Bye Juventud
En/a todas las edades se producen cambios y matizo que solo hablo de lo que conozco. Llega una edad, a los 25 (pocos años arriba, pocos años abajo) donde esos cambios comienzan a ser más drásticos, más importantes, con más responsabilidad y algunos con consecuencia para toda la vida. Algunos de los cuales no hay marcha atrás, un “no retorno”. Peor aún, la cosa no mejora, si le digo que es con esa edad cuando se empieza a ser consciente de que la juventud –su juventud– se va suicidando por cada esquina. Y para terminar este párrafo solo decirle que algunas cosas ya nunca volverán a ser como antes.
Precisamente, en esos años y con esa ley de vida, hay circunstancias, momentos y situaciones donde desubicado se pregunta “¿Qué hago aquí?” o dice que “Este no es mi sitio” y sin querer usted se da cuenta de que todo tiene un lugar y una edad, y sin querer ha encontrado el motor del cambio. La vida le ha enseñado cual es su Ley, en la que usted está a su merced, a su capricho. Es entonces cuando, se creerá que coge el toro por los cuernos y se lanza hacia su destino buscando cambios, buscando una serie de cosas.
De repente y sin quererlo te encuentras con estos que le hablo de frente y sin vaselina. Estos cambios de lo que le hablo se ven perfectamente cuando usted asiste a la boda del primer amigo/a, al terminar la carrera y hacerse la pregunta ¿y ahora qué?, o cuando acude al primer trabajo sería y comienza a echar de menos la vida de estudiante. Pues eso, estos cambios son los marcan la ley de vida, aunque los más viejos del lugar le digan “si yo tuviera tu edad”.
*La primera boda, el terminar la carrera, el primer trabajo. Tareas fundamentales sobre todo para una madre para que ella se sienta realizada y orgullosa como tal. Así que, la segunda parte de post, ya saben cómo se llama.
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